9 de julio de 2012

Tablets chinas

Uno de los grandes dilemas del consumidor tecnológico es quizá la saturación de variedad que existe. Si ya de por sí a veces es complicado tener un presupuesto para poder gastarse en un “capricho” como puede ser una tablet, más difícil es tener que elegir entre el centenar de dispositivos que se encuentran hoy día en el mercado.
Pero por si esto no fuese suficiente, si le sumamos el auge del comercio electrónico, las posibilidades de comprar a países que están al otro lado del charco y sobre todo, la capacidad que tienen los países asiáticos de copiar tecnología de consumo a unos costes muy reducidos, el dilema aumenta por momentos.

Yendo un poco más al grano, no nos solemos fiar de las tabletas que vienen de los países asiáticos, por miedo a que nos mientan en sus características y luego comprobemos en nuestras carnes que, como dice el refrán y el título de esta entrada, “lo barato, salga caro”. Pero también puede resultar que no siempre sea así, y que no pagar el doble porque aparezca la firma de Samsung o Google, puede sacarnos de un apuro cuando nos conformamos con algo más que con el iPad de Apple y el Eee Transformer de Asus.

Toda esta palabrería a modo de reflexión viene dada por el hecho de que hace poco me convertí en poseedor de una tablet “china”. Un clon de esos que todo el mundo teme tener por miedo a que no sea lo que esperaba. Y mientras realizo una review exhaustiva para este blog, he decidido compartir con todos ustedes  esta experiencia, para intentar sacar de dudas a los que han pasado por esta situación.

Comprar o no comprar tablets clónicas se convierte en una acción donde detractores y partidarios crean su punto de vista a partir de la experiencia que han vivido, donde a veces juega con más importancia el papel de haber investigado para encontrar la mejor opción que el hecho de contar su mala experiencia por no tener lo que creían que iban a tener en ellas. Y es que, posiblemente uno de los puntos fuertes del “geek” sea que su inconformismo es tal que convierte una máquina mediocre en una totalmente competitiva. Aquí es donde caben tanto los “developers” como aquellos cuya curiosidad les lleva e encontrar cómo sacarle partido a su tableta, normalmente, cambiándole la ROM.

Otro de los puntos fuertes a tener en cuenta en estos cacharros llenos de incertidumbre, es conocer su hardware. Aunque en un principio puede ser engañoso la información que dan desde los mismos “fabricantes” en sus páginas webs (todas envueltas en una composición perfecta, con cierto parecido a las páginas de los grandes, pero con la diferencia de que su utilidad es nula), o que intentan venderte pantallas de con resoluciones altísimas cuando no lo son, parece que ese fenómeno se termina y los fabricantes menos conocidos quieren hacerse un hueco en el mercado. Si miramos marcas como Huawei o ZTE encontramos tales ejemplos.

Si lo miramos desde un punto de vista “marketingniano”, encontramos que las fábricas de dispositivos electrónicos normalmente comparten marcas. Fabrican para varias dependiendo de la calidad de sus dispositivos. Por otro, es querer que su marca se desvincule de una pequeña y desconocida submarca para no cargar con los problemas, como hace Skoda con Volkswagen. Y así con tantos ejemplos que uno no sabe quién fabrica qué.

Pero lo que quizás sea más importante para el consumidor, y ya para finalizar, es el precio y el soporte. Son quizás los dos aspectos más importantes a la hora de comprar/vender. Vender es tan importante como “post-vender”, algo que no suelen cumplir los fabricantes asiáticos. El productor aparece cuando se habla de dinero, pero desaparece cuando se habla de problemas. No es fácil dar con la empresa creadora y cuando das con ella, más complicado es que te den soporte en cuanto a drivers, problemas físicos e incluso del software, del que muchos no se hacen responsable porque “es un sistema operativo de Google”. Eso quizás sea lo que más repercuta en el precio. Eso, y que comprarlo por internet te ahorra intermediarios de distribución (como puede ser Media Mark) y otros factores como no pagar la licencia oficial de Android y crear tu propio sistema manipulado, violar las patentes sin que se haga eco de ello o realizar un producto con una calidad física inferior a lo que estamos acostumbrados, acaban abaratando el precio final.

Por tanto, ¿crees que comprar una tablet china es una buena opción? ¿crees que las grandes marcas bien posicionadas en el mercado, se aprovechan de los consumidores sólo por el hecho de que tienen una buena reputación de marca a las espaldas? 


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